¿Qué es la seguridad de API?

Lo esencial de la seguridad API: descubre conceptos clave, mejores prácticas y herramientas para proteger tus activos digitales de forma eficaz.

La seguridad de API, parte de la seguridad de aplicaciones web, se refiere a la protección de la integridad, confidencialidad y disponibilidad de las interfaces de programación de aplicaciones (API). Estas permiten que diferentes sistemas de software se comuniquen entre sí e intercambien datos, siendo una parte crucial de las aplicaciones modernas, y puesto que a menudo proporcionan acceso a datos y funcionalidades sensibles, su seguridad es de suma importancia.

Las API son básicamente un conjunto de reglas que definen cómo las aplicaciones pueden interactuar entre sí. Se sirven de sistemas de conexión estandarizados para la comunicación entre aplicaciones y permiten a los desarrolladores crear soluciones complejas de modo altamente eficiente aprovechando las funcionalidades de diversos softwares.

No obstante, la naturaleza misma de las API, que expone la lógica de la aplicación y los endpoints de los datos confidenciales, las convierte en un objetivo muy atractivo para los atacantes. Así, la seguridad de API aborda estos riesgos mediante la implementación de una estrategia de defensa multicapa, que involucra a personas, procesos y tecnología.

¿Cuáles son los riesgos de seguridad de API más comunes?

El Proyecto Abierto de Seguridad en Aplicaciones Web (OWASP) mantiene una lista de los 10 principales riesgos de seguridad que enfrentan las API. Siguen aquí los de su última edición, OWASP API Security Top 10 2023:

  1. Autorización rota a nivel de objeto: controles de acceso inadecuados en los ID de objeto.
  2. Autenticación incorrecta: mecanismos de autenticación defectuosos que permiten el robo de identidad.
  3. Autorización rota a nivel de propiedad del objeto: autorización insuficiente que conduce a la exposición/modificación de datos.
  4. Consumo de recursos no restringido: ausencia de límites en el uso de recursos que permite ataques DoS.
  5. Autorización rota a nivel de función: políticas complejas que causan fallas de autorización.
  6. Acceso sin restricciones a flujos empresariales sensibles: flujos expuestos vulnerables ante el abuso.
  7. Falsificación de solicitudes del lado del servidor (SSRF): forzar al servidor a realizar solicitudes, eludiendo la seguridad.
  8. Configuración de seguridad incorrecta: errores, valores predeterminados inseguros y configuraciones permisivas.
  9. Gestión de inventario inadecuada: falta de visibilidad de los endpoints y clientes de la API.
  10. Consumo inseguro de API: fallas en API/servicios de terceros integrados que introducen vulnerabilidades.

¿Cuáles son las mejores prácticas de seguridad de API?

Las mejores prácticas de seguridad de API son un conjunto de directrices y técnicas que las organizaciones deben seguir para proteger sus API de accesos no autorizados, usos indebidos y ataques. Adhiriendo a estas prácticas, revisando y mejorando continuamente su postura de seguridad, las organizaciones pueden garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de sus API y los datos que manejen.

Estas prácticas incluyen:

Diseñar API considerando la seguridad desde el principio: integrar la seguridad en todas las fases del ciclo de vida de las API, desde las de diseño y desarrollo hasta las de prueba e implementación, además de seguir prácticas de codificación segura, utilizar marcos y bibliotecas de seguridad, y realizar revisiones de código regulares para detectar vulnerabilidades de forma temprana.

Utilizar protocolos de autenticación fuertes como OAuth 2.0: implementar OAuth 2.0 para la autenticación a fin de gestionar de forma segura los tokens de acceso de las API. Utilizar algoritmos criptográficos fuertes para la firma de tokens, su validación y su control de caducidad en el servidor.

Implementar una autorización adecuada a nivel de objeto y función: garantizar que cada endpoint de la API autorice las solicitudes según los permisos del usuario. Utilizar un control de acceso basado en roles o atributos para aplicar permisos granularizados a nivel de objeto y función. Auditar y probar los controles de autorización con regularidad.

Encriptar los datos confidenciales en tránsito y reposo con TLS: utilizar HTTPS/TLS para todas las comunicaciones de la API, para encriptar los datos en tránsito. Verificar los certificados del servidor y utilizar conjuntos de cifrado seguros. Encriptar los datos confidenciales almacenados en bases de datos o archivos utilizando algoritmos de encriptación fuertes y gestionar las claves de forma segura.

Validar y desinfectar todas las entradas de la API: tratar todos los datos del cliente como no confiables y validarlos exhaustivamente. Desinfectar las entradas para evitar ataques de inyección, validar esquemas y utilizar consultas parametrizadas seguras por tipo. Implementar la validación de entrada en el servidor, no solo en las aplicaciones cliente.

Utilizar gateways de API para gestionar y monitorear el tráfico API de forma centralizada: utilizar gateways para aplicar autenticación, limitación de velocidad y otras políticas de seguridad. Monitorear el uso y el desempeño de la API para detectar anomalías y posibles ataques.

Limitar la velocidad de transmisión de datos para evitar abusos y ataques DoS: implementar limitación de velocidad para restringir la cantidad de solicitudes de API que un cliente puede realizar en un período determinado, como por ejemplo en momentos de alto tráfico. Esto evita usos abusivos, protege contra ataques DoS y ayuda a mantener la disponibilidad de la API.

Mantener un inventario actualizado de todas las API: llevar un inventario completo de todas las API, incluidas sus versiones, endpoints y permisos de acceso. Utilizar herramientas de gestión de API para automatizar su detección y documentación. Revisar este inventario con regularidad para identificar API obsoletas o no utilizadas que se deban eliminar.

Auditar las API con regularidad y corregir sus vulnerabilidades: realizar auditorías de seguridad y pruebas de penetración periódicas para identificar vulnerabilidades en las API y su infraestructura subyacente. Priorizar y corregir las vulnerabilidades encontradas según la gravedad del riesgo. Monitorear continuamente la aparición de nuevas amenazas y vulnerabilidades.

Monitorear la actividad de la API para detectar anomalías y posibles amenazas: implementar el monitoreo y registro en tiempo real de la aplicación.

Disponer de un plan de respuesta a incidentes para las violaciones de seguridad: desarrollar y probar periódicamente un plan de respuesta a incidentes específico para las violaciones de seguridad de las API. Definir funciones y responsabilidades, canales de comunicación y procedimientos de contención y recuperación. Realizar revisiones posteriores a los incidentes para identificar causas y áreas de mejora.

¿Cuál es la relación entre la seguridad API y la seguridad de aplicaciones móviles?

La seguridad de API tiene un impacto significativo en la seguridad de las aplicaciones móviles porque éstas dependen en gran medida de las API para funcionar. La mayoría de las aplicaciones móviles interactúan con varias API de backend para acceder a los datos, activar recursos y potenciar la funcionalidad de la aplicación.

Esto significa que la seguridad de la aplicación móvil está directamente ligada a la de las API que utilice. Si una API tiene vulnerabilidades o está mal configurada, puede poner también en peligro la seguridad de la aplicación móvil.

Las API amplían la superficie de ataque de las aplicaciones móviles porque cada una que se use representa una potencial puerta de entrada para los atacantes. La naturaleza descentralizada de las aplicaciones móviles y su dependencia del procesamiento del lado del cliente amplifican este riesgo. Los atacantes pueden aprovechar las vulnerabilidades de las API para obtener acceso no autorizado a los datos, realizar acciones maliciosas e interrumpir el servicio.

Muchas brechas de seguridad de aplicaciones móviles de gran repercusión en los últimos años se debieron a vulnerabilidades de las API. Por ejemplo, la filtración de datos de la aplicación de redes sociales Parler en 2021 se produjo debido a una API deficiente que permitía la extracción de datos de los usuarios. Esto pone de manifiesto el impacto real de la seguridad de las API en las aplicaciones móviles.

¿Cómo implementar una estrategia de seguridad de API?

La implementación de una estrategia de modernización de seguridad robusta requiere un enfoque holístico que involucre a personas, procesos y tecnología. Debe ser un programa continuo integrado en todo el ciclo de vida de la API, no un proyecto momentáneo.

La base de una estrategia eficaz es establecer políticas y estándares claros de seguridad basados en las mejores prácticas de la industria y los requisitos de compliance. Estas políticas guían todos los aspectos de la seguridad de las API.

Igualmente importante es educar y capacitar a todas las partes interesadas (trabajadores y usuarios de la empresa) sobre los riesgos de seguridad de las API y sus roles para mitigarlos.

La integración de medidas de seguridad en el ciclo de vida de desarrollo de las API es crucial. Los requisitos de seguridad deben definirse temprano y validarse continuamente a través de pruebas automatizadas. Se necesitan procesos sólidos para auditar las API, gestionar sus credenciales y manejar incidentes.

Implementar prácticas de codificación seguras, el cifrado de datos, la autenticación y autorización sólidas, los gateways de API y las soluciones de monitoreo en tiempo real también son clave para protegerlas.

Y en definitiva, son esenciales la revisión y mejora continuas, a medida que tanto la tecnología API como las amenazas evolucionan.

Herramientas y tecnologías de seguridad API

Los gateways y plataformas de gestión desempeñan un papel crucial en la seguridad API. Estas herramientas actúan como un punto de control central de las API, permitiendo a las organizaciones aplicar políticas de seguridad, gestionar el tráfico y monitorear su uso. Al enrutar las solicitudes de API a través de un gateway, las empresas pueden aplicar autenticación, autorización y limitación de velocidad de manera consistente en todas ellas.

Los web application firewalls (WAF) también son una tecnología clave para protegerlas. Si bien tradicionalmente se utilizan para proteger aplicaciones web, los WAF han evolucionado hacia soluciones WAAP (Web Application and API Protection) capaces de entender e inspeccionar el tráfico de API. Al analizar las solicitudes y respuestas de API en busca de patrones maliciosos, pueden detectar y bloquear ataques comunes de API como inyección SQL, scripts entre sitios (XSS) y entidades externas XML (XXE), entre otros.

Los marcos de autenticación y autorización son igualmente fundamentales para la seguridad API. Estándares como OAuth 2.0 y OpenID Connect brindan mecanismos seguros para otorgar acceso a las API y validar la identidad de los clientes. Los JSON Web Tokens (JWT) se utilizan a menudo junto a estos marcos para transmitir de forma segura la información de autenticación en las solicitudes de API.

Las soluciones de cifrado y firma digital protegen los datos confidenciales transmitidos a través de las API. El Transport Layer Security (TLS) cifra el tráfico de API en tránsito, lo que evita su escucha y manipulación. El JSON Web Encryption (JWE) y la JSON Web Signature (JWS) se pueden utilizar para cifrar y firmar las cargas útiles de las API, asegurando la confidencialidad e integridad de los datos confidenciales.

Las herramientas de prueba de seguridad y escaneo de vulnerabilidades son indispensables para identificar debilidades en las API antes de que puedan ser explotadas. Las herramientas de prueba de seguridad de aplicaciones dinámicas (DAST) pueden sondearlas automáticamente en busca de vulnerabilidades comunes, mientras que las herramientas de prueba de seguridad de aplicaciones estáticas (SAST) analizan su código en busca de fallas de seguridad.

Para terminar, las pruebas de penetración periódicas y los programas de recompensas por detección de errores pueden reforzar todavía más la seguridad de las API.

Conclusión

A medida que el uso de las API se hace cada vez más necesario para las empresas, protegerlas adecuadamente también se hace cada vez más esencial. Al comprender los riesgos comunes de seguridad de las API e implementar las mejores prácticas asociadas a ellas, las organizaciones pueden protegerlas debidamente de ataques y abusos, recordando siempre que la seguridad de API es un proceso continuo que requiere vigilancia y adaptación constantes, a medida que el panorama digital continúa evolucionando.

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